Se celebrará el 12 de septiembre a las siete de la tarde en el Club Valle Miñor.

Mientras que se remataba la policlínica La Coruña de Casa de Galicia, aún deudos y socios de la que fuera mutua gallega luchan por conseguir los fondos necesarios para mantener en su poder el panteón social donde se guardan los restos de miles de emigrantes que construyeron la centenaria institución orgullo de la diáspora.

La pandemia amedrentó la colectividad gallega de Uruguay, particularmente a varios directivos de instituciones que fallecieron como consecuencia del virus o por otras enfermedades, pero casi al final de las olas de mayor mortandad, a fines del año pasado, el cierre de la mutua Casa de Galicia decretada por la justicia uruguaya terminó por ser un duro golpe al asociacionismo.

Desde aquella negra Navidad de 2021, entre movilizaciones de un millar de socios y gestiones del gobierno gallego, el tiempo fue pasando hasta que se logró comprar, por parte de la Xunta de Galicia, parte del acervo histórico de la mutua fundada el 1 de octubre de 1917 por el pontevedrés José María Barreiro y un puñado de emigrantes con la finalidad de proporcionar a sus paisanos instrucción, beneficencia, fiestas y asistencia médica, actividad esta última que con el devenir del tiempo se constituyó en la finalidad mayoritaria, constituyéndose hasta su cierre en la institución de la diáspora con mayor cantidad de socios.

Para este rescate de parte del patrimonio fue importante la participación del entonces delegado de la Xunta en Uruguay y Argentina y el apoyo de la gestión que comenzó la presidencia de Alberto Feijoo y esta culminando la de Alfonso Rueda.

Sin embargo, una piedra en el zapato aún no ha podido ser resuelta por la nueva asociación A Casa de Galicia Centro Histórico Cultural, y es el panteón social donde hay 1.500 nichos y dos osarios, que cuenta con un ‘cruceiro’ gallego donado en el año 1967 por el Gobierno de Galicia, y los cuatro escudos de las provincias gallegas grabados en el mármol de la terraza del primer piso y una urna de vidrio con tierra de esas provincias.

Todo el amor y morriña que conserva el edificio, así como muchos de los fundadores y constructores de esta edificación que representa su ‘terra lonxana’ está a punto de perderse como el hospital y las policlínicas de la mutua centenaria.

Los directivos de A Casa de Galicia, presididos por Ismael Martínez vienen trabajando para “conservar el Panteón Social de Casa de Galicia”, explicando que “si bien es difícil, no es imposible”, asegurando con la misma fe que le han puesto para comprar el patrimonio cultural gallego.

La pasada semana estuvieron en el panteón social, “lo recorrimos, vimos lo que se ha estropeado, lo que hay que reparar, lo que está bien”, afirmando que “salimos con la ilusión de lograrlo. Es una obra grandiosa hecha por los gallegos, no se puede perder”.

También informaron a España Exterior que el “próximo 12 de septiembre a las 19 horas en la sede del Club Valle Miñor llamamos a una reunión con todos los que como nosotros tengan la ilusión de conservar” este patrimonio gallego.

Asegurando que “necesitamos al menos mil personas que se unan a este esfuerzo”, mostrándose esperanzados en conseguir esta cantidad de socios para la nueva institución.

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